Abstract:
Este trabajo se centra en el análisis de la teoría de las obligaciones políticas de George Klosko, específicamente su propuesta que busca refutar la conclusión escéptica del anarquismo filosófico que niega la legitimidad de los Estados justos. La hipótesis principal de la investigación es que la teoría de Klosko, basada en el Principio de Juego Limpio y el concepto de Bienes Presuntivamente Beneficiosos, logra demostrar la existencia de obligaciones políticas, superando las objeciones que tradicionalmente afectaban a las teorías basadas en la recepción de beneficios. El objetivo general es analizar el esfuerzo de Klosko por resucitar el principio de juego limpio y demostrar la existencia de obligaciones políticas. Los objetivos específicos incluyen el desarrollo de una caracterización conceptual de las obligaciones políticas como criterios de éxito (deberes morales pro tanto, generales, comprehensivos, particulares, e independientes de contenido); analizar la noción de bienes presuntivamente beneficiosos como la clave para eludir la condición de aceptación de beneficios (planteada por Rawls y Nozick); y examinar la validez del "argumento indirecto" de Klosko para justificar los bienes discrecionales, además de evaluar las objeciones específicas de A. John Simmons a la teoría. La metodología adoptada es el análisis conceptual y crítico, típico de una tesis de filosofía. El estudio se restringe a la concepción delgada de la obligación política (el deber de obedecer la ley) y utiliza las características formales de la obligación política (particularidad, generalidad, etc.) como los criterios de éxito que toda teoría debe explicar de manera efectiva. Gran parte del análisis se centra en contrastar la propuesta de Klosko (que postula que la mera recepción de beneficios indispensables genera obligación) con las críticas de autores como Simmons, Hart, Rawls y Nozick. Las conclusiones indican que la estrategia de Klosko tiene logros significativos: al fundamentar las obligaciones en la recepción de beneficios, y no en el consentimiento voluntario, la teoría es capaz de establecer obligaciones políticas generales (que afectan a la mayoría de los ciudadanos), particulares (dirigidas a un Estado concreto) y pro tanto. Sin embargo, la teoría se revela insuficiente en lo que respecta al requisito de comprehensividad. Aunque el argumento indirecto (que justifica bienes discrecionales como carreteras por su necesidad para el suministro de bienes presuntivos esenciales, como la defensa) amplía el alcance de las leyes justificadas, no abarca todas las prestaciones estatales modernas (como museos o servicios que solo benefician a terceros). Por lo tanto, el principio de juego limpio solo puede proporcionar el núcleo de una justificación, sugiriendo la necesidad de complementarlo con otros principios morales, lo que llevaría a una teoría de "principios múltiples" para abordar plenamente la obligación política.