En un importante trabajo, convertido en un “clásico” de la literatura
especializada, sostenía Panofsky que “en el arte del Nor-Oeste europeo
(cuyo límite en la Edad Media debería ser trazado más bien según los Apeninos
que según los Alpes)
se verifica manera de una mucho más
radical que en el Sur-Este bizantinista, la transformación de la tradición
tardo-clásica”. Dicha transformación según el citado autor comprende entre otras cosas “la destrucción de los últimos residuos de la visión perspectiva clásica”, lo cual lo conduce a afirmar que: “con esta transformación radical parece que se hubiera renunciado definitivamente a todo ilusionismo espacial; sin embargo, ella significa justamente la condición previa para la generación de una concepción espacial moderna. Pues la pintura románica al reducir de la misma manera y con igual decisión, cuerpo
y espacio a términos estrictamente bi-dimensionales, afirma y sella por
primera vez la homogeneidad entre ambos, desde el momento en que la
laxa unidad óptica que los vinculaba se convierte en una unidad firme
y sustancial. A partir de tal situación, cuerpo y espacio quedarán vinculados para siempre, de tal manera que cuando el cuerpo se libera nuevamente del vínculo superficial, no podrá aumentar su relieve sin que el
espacio (ilusorio!!) aumente junto con él”.
Fil: Corti, Francisco. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia Antigua y Medieval “José Luis Romero”; Argentina.