Abstract:
El presente artículo se centra en Marsilio Ficino y Leonardo da Vinci. Ambos autores describen la producción humana de artefactos como principios transformadores que afectan el mundo a partir de un punto de vista tanto técnico como estético. En este sentido, manus y risus se convierten en bastiones de una antropología típicamente renacentista, según la cual el homo faber se eleva a ese estado divino que juega un importante papel en la filosofía de Nicolás de Cusa; mientras la mano humana es el principio transformador activo, la sonrisa es el signo de un trabajo cumplido. En suma, estos dos aspectos revelan un proceso de espiritualización de la realidad, i.e., la perfecta interpenetración de la belleza con la virtud y la verdad. Este trabajo explorará las similitudes entre los dos autores también en relación con el retrato Ginevra de’ Benci (1475-1478 ca.), de Leonardo da Vinci; una muy especial “sermón pintado” con el fondo del cuadro, siendo un tratamiento filosófico conciso en el que se lee “virtutem forma decorat”, fórmula que Ficino evoca en su Convivium.