Abstract:
Con el tema de la meditación somos introducidos directamente en el ámbito de la espiritualidad monástica, de la cual San Anselmo de Canterbury es uno de los representantes más significativos de la Alta Edad Media. Como monje benedictino, él reconoce y vive plenamente la reflexión sobre sí mismo entendida como introspección: se trata del ejercicio del retiro para, en silencio, buscar a Dios. El distanciarse del mundo (un tipo de contemptus mundi) y el amor del reino de Dios constituyen los signos más indicativos de la felicidad que puede ser experimentada por un monje del siglo XI. Uno de los primeros aspectos de la meditación es la conquista del yo interior como auto reconocimiento del alma para la búsqueda de Dios a través de la fe. Este trabajo se centrará en la discusión sobre la meditación en el contexto de la espiritualidad monástica de la época de Anselmo de Canterbury y en el modelo de oración meditativa elaborado sobre (1) el Proslogion, un tratado conocido por ser una meditación de la razón de la fe; y (2) la Tercera Meditación, que considera la redención de la condición humana. El objetivo del trabajo es mostrar que la meditación y la contemplación, según San Anselmo, alcanzan su completo significado por medio del misterio de la salvación.