Abstract:
En un centro clave como la Ciudad de México, capital del Virreinato, se consolidarán numerosos talleres escultóricos para cubrir la demanda de esa época. En este trabajo nos centramos en los focos de producción retablística más destacados y prolíficos en la capital del Virreinato, así como a sus respectivas influencias en su entorno geográfico inmediato para detenernos en algunos centros/talleres de especial relevancia tales como la Catedral Metropolitana o el convento de san Agustín, los que se convertirán en focos productores básicos a lo largo de todo el siglo XVII. Es importante destacar la existencia de unas primeras obras (comenzando el siglo) que corresponden con lo que la historiografía ha denominado “romanistas”; a mediados de siglo encontramos obras que podrían ser entendidas como “clasicistas” y a partir de los años setenta se advierte una eclosión de retablos en los que la columna salomónica se erige como principal rasgo distintivo. Esta secuencia cronológica o de “modelos visuales” está acompañada de problemas como el de la existencia de una generación activa e importante de ensambladores con una conciencia de su actividad o el rol de patronos y mecenas (desde fray Juan de Torquemada a Caballero Ocio) que jugaron también, sin duda, un papel en la configuración de esos modelos visuales.
Description:
Fil: Cuesta Hernández, L. J. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Historia de las Artes "Julio E. Payró"; Argentina.