Abstract:
En este artículo se estudiará la manera en que Cipriano de Cartago maniobró en una situación política extremadamente complicada, con el fin de mantener su poder sobre la comunidad cristiana. Nos interesa básicamente lo que ocurre alrededor del año 250, que es cuando Cipriano huye de su ciudad y se instala en los alrededores a fin de evitar un posible arresto, poco después del ascenso del emperador Decio. Los resultados de la implementación del «edicto de persecución» tuvieron por consecuencia la fractura de la comunidad cristiana por la apostasía de la gran mayoría delos fieles (los lapsi), mientras que en el otro extremo se afirmaba una minoría de intransigentes que fueron capaces de resistir las exigencias estatales (mártires y confesores). El debilitamiento de la posición del obispo por el abandono de la sede permitió que un grupo de confesores disputara su control sobre la comunidad de fieles, básicamente en lo relativo a perdonar a los caídos por haber sacrificado. Este conflicto se potenció en la medida en que había un enfrentamiento preexistente que se remontaba al momento de la elección de Cipriano como obispo de Cartago. Parte del clero aprovechó esta situación, apoyando las demandas de los confesores, para complicar aún más la situación de su obispo.