La influencia de Avicena en la obra de Tomás de Aquino es innegable. Varias de sus fundamentales nociones metafísicas se basan en fórmulas avicenianas. Esto, sin embargo, no impide que Tomás critique severamente diversos aspectos de la doctrina de la creación de Avicena. En varios espacios de su obra Tomás critica, en particular, la doctrina aviceniana que sostiene que las formas de las entidades del mundo sublunar emanan desde una Inteligencia superior (el dator formarum). Tomás atribuye esta doctrina a la invalidez de explicar el origen de las formas de otra forma que no sea la creación. La verdadera solución presupone, sostiene Tomás, analizar la generación de las substancias compuestas siguiendo los principios aristotélicos (Met. VII, 8): lo que es generado propiamente, es lo que propiamente existe, y esto no es la forma, sino el compuesto. Tomás aplica esta solución en la polémica respecto a la capacidad de los cuerpos naturales para actuar –en otros términos, acerca de la eficiencia de las causas segundas– y respecto a la cuestión acerca de si la creación es mixta al interior de las obras de la naturaleza –esto es, si cualquier creatura creada puede crear–. Al sintetizar la ontología aristotélica de la substancia primera y la metafísica creacionista, Tomás apostó por la subsitencia de los seres concretos en el mundo de la experiencia natural.
Avicenna's influence on Thomas Aquinas's work is undeniable. Some of his fundamental metaphysical notions are based on Avicennian formulas, which does not prevent him from criticizing severely diverse aspects of the Avicennian doctrine of creation. In several moments of his work, Thomas criticizes, in particular, Avicenna's doctrine according to which the forms of the entities of the sublunary world flow from a superior Intelligence (the dator formarum). Thomas attributes this doctrine to the disability to explain the origin of forms other than by creation. The true solution presupposes, according to Thomas, analyze the generation of composite substances following the Aristotelian principles (Met. VII, 8): what is properly generated is what properly exists, that is to say, not the form, but the compound. Thomas applies this solution to the polemic about the capacity of natural bodies to act – in other terms about the efficiency of secondary causes– and to the question whether creation is mixed within the works of nature – that is to say, whether any created nature at all can create–. In synthesizing the Aristotelian ontology of the primary substance and the creationist metaphysics, Thomas has betted for the subsistence of concrete beings in the world of natural experience.
Fil: Castello Dubra, Julio A. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. CONICET, Buenos Aires, Argentina.