Guillermo de Ockhám es una figura difícil de abordar con equilibrio. Los medievalistas
acostumbrados a un universo conceptual en el que predominaron claramente referencias a
categorías tales como Idea, esencia y orden podrían no ver representada en Ockham sino la
avanzada del criticismo y la mentalidad antimetafisica. Para el gusto de los filósofos
contemporáneos, en cambio, el ockhamismo contendría demasiados compromisos ontológicos,
gnoseológicos y metafísicos: la inadmisible confianza realista en las cosas externas, la
declaración, oscuramente fundada, de la naturalidad del lenguaje mental y de su ligazón causal
con el mundo y, por si fuera poco, la colocación de un Dios omnipotente en el ápice de toda su
lógica de pensamiento. Sólo un grupo de especialistas, relativamente reducido, pero sólido, ha
explorado las obras de Ockham en las últimas décadas para buscar allí los cimientos del
"nominalismo de hoy" y ha pretendido, al mismo tiempo, dar cuenta de sus serios esfuerzos por
fundamentar el conocimiento para dar por concluidos los embates más o menos anticuados contra
su supuesto escepticismo. El trabajo de esos investigadores ha dado por fruto un puñado de libros
de alta calidad historiográfica y filosófica centrados en la teoría ockhamista del conocimiento, el
lenguaje y la significación. Otra vertiente, la de los trabajos sobre la filosofía natural de Ockham,
también ha sido desarrollada, especialmente en el marco de los hace largo tiempo establecidos
estudios sobre la física premoderna del siglo XIV.
Fil: Fernández, Carolina Julieta. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras.